Jóvenes por Colombia.

 "Ustedes son el futuro, del país, de la patria y de la república" 

Esa frase resuena dentro de mi mente, lo ha venido haciendo ya desde hace un tiempo, donde me pregunto el futuro de nuestra nación a manos de las juventudes actuales, un futuro que desde mi perspectiva no genera esperanza e ilusión de una mejor Colombia, sino, desde mi opinión personal, una Colombia enterada del último teléfono, la tendencia de las modas o quizás sencillamente una Colombia sumergida en el materialismo y la superficialidad perpetua. 

El joven moderno (y ojo, esto no solo ocurre en Colombia sino en la mayoría de países del mundo), a excepción de naciones aisladas y proteccionistas como Corea del Norte y/o China, han sido fuertemente golpeadas por el fenómeno de la globalización, el cual logra destruir todo tipo de identidades y costumbres, con el pretexto de volvernos ciudadanos del mundo y así romper los esquemas de lo natural y normal, con lo que nuestros antepasados emprendieron el sendero de la mejora nacional. 

Hoy, debido a la globalización poseemos un sin fin de intereses, no obstante, yo les quiero hacer una pregunta, ¿cuantos de esos intereses están dirigidos a construir una mejor Colombia y/o exaltar la patria?, probablemente sean un número reducidos de intereses, porque no nos interesa, la mayoría puede pensar en un viaje a Europa, en conseguir el automóvil más veloz, tener cientos de amigos, en fin, son muchos los intereses de los jóvenes colombianos, pero como bien mencionaba previamente, son intereses que se limitan a dos cosas: la primera, al materialismo constante y la segunda  placeres pasajeros, lo que deja a la república sin jóvenes interesados en construir nación. 

Todos nosotros tenemos un designio en la tierra, Dios nos ha traído con un propósito, ya es cuestión de nosotros descubrirlo con los aprendizajes y experiencias, sin embargo, son esas tendencias ridículas y momentáneas las que poco a poco nos desvirtúan del sendero que deberíamos seguir, encaminándonos probablemente hacia las fantasías del mundo moderno, que nos quita todo elemento humanístico y sencillamente nos convierte en borregos desquiciados al mando de algo y/o alguien.

 Desafortunadamente esa es la realidad y aquí les vuelvo a preguntar, ¿Eso es lo que desean para sus vidas, ser un recibe órdenes durante 40 años y vivir probablemente una vida que carece de felicidad? o ¿sería mejor encaminarse hacia nuestras pasiones y construir Colombia a partir de ellas?, les dejo esas preguntas para que las analicen de forma crítica y objetiva. 

Es increíble ver como se nos ha desvirtuado a los jóvenes en menos de ochenta y cinco años, si nos devolvemos  un poco antes de la mitad del siglo XX y nos ubicamos en la segunda guerra mundial, independiente a cuestiones ideológicas, hay algo que podemos observar y es el deseo de los jóvenes de defender sus hogares, sus territorios, sus naciones, un deseo que se demostraba a la hora de la batalla donde eran los jóvenes quienes ofrecían sus vidas por la protección de la patria, algo verdaderamente admirable que no solo demostraba voluntad sino que además, demuestra coraje, devoción, determinación y convicción, elementos que hoy se ven perdidos en nuestras desviadas juventudes colombianas quienes piensan únicamente cada ocho días, solo para llegar a la conclusión de donde será el rumbeadero y cómo conseguirán el alcohol necesario para embriagarse hasta perder la noción de la realidad. 


Esta columna en especial es para los jóvenes, nosotros somos el mañana de la nación, esto no es un romanticismo, es una realidad, que tarde o temprano enfrentaremos y quizás para nuestra fortuna seremos una generación que trabajará en pro de la patria, o así mismo quizás sencillamente seremos una de las muchas generaciones que pasan y sus actos no los exaltan en el marco nacional, el rumbo a seguir lo tenemos hoy y ahora, actuemos conforme a lo que el país necesita, siempre siguiendo nuestro designio en el mundo material. 






Comentarios

Entradas populares de este blog

8,000 razones para recordar

¡Que Orgullo ser nacionalista!

Reflexiones sobre la reacción y la tradición